Se incluyeron los sectores: agroalimentario, hábitat, moda, restauración, ocio y turismo. Presentación de los grandes movimientos o macrotendencias actuales y de las nuevas tipologías de familias para entender los nuevos paradigmas que condicionan el modo de vida y el consumo.
La limitación que tiene la toma de decisiones en base a sólamente a datos históricos pone de manifiesto la necesidad de mirar al futuro para detectar indicios que guíen estas decisiones. Para ello el estudio de tendencias se plantea como una herramienta útil ya que detecta el “longtail” en los momentos de comienzo del consumo y también los ritmos de adopción de nuevos hábitos de vida y de consumo.
Las tendencias de las que hablamos no son decisiones tomadas por las grandes corporaciones para llevarnos donde ellas quieran, sino sincronías que responden a ciertas situaciones, a inquietudes sociales del momento en que vivimos que se extienden en todos los aspectos de nuestras vidas: impregnan nuestra forma de vivir, de comer, de vestir, de pensar o de pasar nuestro tiempo libre.
Observamos las tendencias porque permiten detectar cambios en las motivaciones, gustos y preferencias del usuario antes de que se conviertan masivos. Usando esta información se puede innovar y diferenciarse de la competencia anticipándose o bien seguir casos de éxito aprendiendo de sus iniciativas.
Lo interesante de esta disciplina no es solo contar con información relevante para la toma de decisiones sino también conocer cómo se puede aplicar esa información en procesos de lanzamiento de nuevos productos, revisión de la estrategia de marca, internacionalización, innovación etc.
El taller de tendencias requirió la generación de contenido especial adaptado al perfil de las empresas participantes (moda, hábitat, ocio, turismo y agroalimentario), en base a la observación contínua que se realiza en ohayō. La sesión se completó con trabajo en equipos con empresas para formar en la aplicación de tendencias en procesos de innovación mediante la metodología del Trend Canvas.